El papel de la familia como germen de la convivencia.
La escuela enseña y educa, pero no suple la parte de la enseñanza y la educación correspondiente a la familia como agente primario de socialización.
La familia es la responsable primera de la enseñanza de la convivencia, en su propio seno: desde la infancia se inculcan los valores que posibilitan un ambiente sano de convivencia; El mejor modo de educar en casa es el ejemplo: el respeto a los demás, respetar el turno de palabra, comprender al otro y respetarlo aunque no se esté totalmente de acuerdo, compartir, esforzarse, ayudar, respetar la autoridad y discutirla/rebatirla con argumentos si no se cree justa, fomentar el diálogo... Es decir, aprender a convivir en la familia como paso previo para poder y saber convivir en la escuela.
Que las estructuras familiares son heterogéneas es un hecho, al igual que la falta de tiempo que dedicar a los hijos, lo cual no significa que no se pueda aprovechar el tiempo del que cada uno disponga. Educar a un hijo es una gran responsabilidad y no es fácil puesto que se compite con otros agentes sociales muy atractivos para niños y jóvenes y que no siempre resultan ser educativos (medios de comunicación, nuevas tecnologías, nuevas formas de ocio y tiempo libre...)
Por ello, el papel de la familia es imprescindible, y complementario al de la escuela; Es necesario que ambos agentes interactúen en la educación del niño o adolescente; ésto sería ya de por sí un ejemplo de fomento del diálogo, estupendo ejemplo para los niños.
Comentarios
Publicar un comentario